Hace mucho tiempo que no escribo,
hace mucho tiempo que no expreso con palabras lo que realmente siento. Pero
ahora tengo la necesidad de hacerlo.
Hace unas semanas, con mis
compañeros de grupo de baile de La Casona, realizamos una especie de “terapia
de grupo” acerca de cómo nos sentimos cuando nos eligen y cuando no. En esa
charla, cuando me tocó hablar se me quebró la voz. De alguna u otra manera, a
pesar de este pequeño gran inconveniente pude “descargarme” entre llantos y
palabras. Tristeza, alegría y alivio se mezclaban en ese preciso instante
aunque las lágrimas se apiadaban de mí.
¿Y por qué me remito a esto antes
de ser más directo? Porque es así como me sentí este fin de semana: ELEGIDO.
Elegido para nuevos proyectos que se vienen para el próximo año, elegido por
ella.
Trato de descifrar de la forma
más sencilla posible el “por qué” llegó ahora. Justo en uno de mis mejores
momentos de mi vida, de mayor madurez (eso creo). Siempre digo que cuando
culmine este 2013 será el año de mayor aprendizaje por todo lo que me tocó
vivir, más malo que bueno, pero enseñanza al fin. Perdón, me fui de tema,
quería hablar de ella.
No sé que pasó en las últimas
semanas. Lo nuestro ocurrió tan rápido que se asemeja a lo “raro”. Debo decir
que me fascina su sentido del humor, su sonrisa me puede. Ni hablar de su
belleza que irradia cada vez que la miro. Lo “raro” para mí en todo esto, es
que hace casi 5 meses que rechazo cualquier posibilidad de conocer a alguien,
de mostrarme tal cual soy. Eso me da miedo. Pero con ella no. Escribo pero no
puedo comprender ese “por qué”. Espero que el 2013 me pueda responder esa
pregunta y pueda cerrar con alegría el año entre tantas y tantas tristezas.